Control

Control

He buscado una rueda de hámster para ilustrar como es para mi la vivencia del control.

Es algo que nunca se acaba, una rueda infinita que sólo trae a nuestro mundo desesperación, frustración, miedo e inseguridad.

Parece que estoy planteando el apocalipsis, podría ser, el apocalipsis como personas completas, como personas que se siente seguras de si mismas.

¿¿Dónde empieza esa rueda?? Buena pregunta verdad. Para mi empieza con el miedo…

Este miedo puede tener su origen en miles de cosas, la base es que sentimos que no tenemos los recursos suficientes para poder gestionar la situación.

El miedo nos lleva a la inseguridad, esta inseguridad hace que nos sintamos vulnerables, débiles ante lo que tenemos que afrontar.

Y es la inseguridad lo que nos lleva finalmente al control. Tenemos la creencia de que, si somos capaces de controlarlo todo, nos sentiremos seguros y no tendremos miedo.

¡¡¡Esa es la trampa de nuestro cerebro!!!

Es imposible controlar todos los factores de los que depende una situación. Stephen Covey lo explicaba muy bien cuando hablaba del Control Directo, Control Indirecto y Control Inexistente

  1. Control Directo: Está involucrada nuestra propia conducta y podemos influir directamente en él.
  2. Control Indirecto: Además de la nuestra, se mezclan aquí las conductas de otras personas sobre las que podemos intentar influir.
  3. Control Inexistente: Situaciones sobre las que no tenemos ningún tipo de influencia.

Al no darnos cuenta de que hay situaciones sobre las que no tenemos ningún control, todo es frustración, enfado y estrés. Eso termina por volvernos esclavos del control.

Y esa esclavitud y lo que nos provoca, la traspasamos a quienes se relacionan con nosotros. Reflejamos nuestros miedos e inseguridades en ellos, intentando controlarlo todo en su vida, diciéndoles cómo, cuándo y por qué tienen que hacer las cosas… Sólo existe nuestra verdad, siempre tenemos la razón y discutimos cuando alguien no piensa como nosotros.

No sólo intentamos controlar nuestra vida, sino que también necesitamos controlar la vida del resto de personas con las que interactuamos, a través de nuestras propias interpretaciones sobre cómo pensamos que tienen que ser las cosas.

Recordad y os invito a reflexionar sobre esta frase de la que habla mucho en sus conferencias www.borjavilaseca.com :

La realidad es neutra. La realidad es lo que es y lo que hacemos con ella es lo que somos nosotros”

¿Curioso esto ultimo verdad? Lo que somos nosotros es lo que intentamos que los demás sean también.

Lo vendemos como que nos preocupamos por ellos, como que nos importan, como una demostración de amor… La pena es que es mentira, eso si, con la disculpa de que ni nosotros mismos somos capaces de darnos cuenta de que estamos mintiendo, a los demás y a nosotros mismos.

Lo vendemos como ayuda, pero, ¿Qué ocurre cuando los otros no quieren la ayuda? ¿Qué ocurre cuando la gente hace cosas diferentes a cómo se lo hemos dicho nosotros?

Y ahí la rueda ya ha cogido velocidad, es difícil pararla y difícil ver el mundo fuera de ella. Difícil, pero no imposible.

Eso si, no pensemos que esto es gratis, para nada. Pagamos con la calidad de nuestras relaciones personales y profesionales, porque habrá mucha gente que, al sentirse manipulada por nosotros cuando intentamos que hagan las cosas como necesitamos, no quiera tenernos cerca, aunque se lo intentemos vender como que son ellos los que necesitan nuestras soluciones.

Pagamos con nuestra salud porque es una fuente de estrés enorme.

Pagamos un alto precio porque nos perdemos la vida intentando predecir y controlar cómo tiene que ser, y nos perdemos el presente intentando controlar el futuro.

¿Cuál es la salida de la rueda? Aceptar que no podemos controlarlo todo, confiar en nosotros mismos y en nuestros recursos y aprender de nuestros errores, buscar en nosotros lo que necesitamos. De esta forma la velocidad de la rueda disminuirá y podremos ver el mundo que nos rodea

Es de ahí de dónde salen las preguntas que os dejo para la reflexión:

¿Qué gano controlando todo?

¿Qué motivos hay detrás de nuestra necesidad de cambiar a los demás?

¿Qué está tapando nuestra necesidad de controlar?

Un abrazo.